El próximo fin de semana, se disputará en Los Ángeles la Gran Final del Circuito Mundial de rugby seven. Los Pumas 7s, campeones de la fase regular, buscarán coronar allí una temporada inolvidable. En la previa, Luciano González Rizzoni, una de las figuras del seleccionado nacional, dialogó con LA GACETA y admitió que hay ganas de revancha en el equipo dirigido por Santiago Gómez Cora.

Y es que en la temporada 2023-24, Los Pumas 7s también ganaron la fase regular. Pero en la Gran Final de Madrid, se quedaron con la medalla de plata, tras caer en la final del certamen ante Francia. El seleccionado galo, sexto en la tabla de posiciones de la fase regular con un único título en toda la temporada -Argentina tuvo tres-, se llevó el reconocimiento de campeón del Circuito Mundial.

“Quedamos con una espina. Que te den un reconocimiento por haber ganado un solo torneo y ser campeón del Circuito Mundial no nos parece tan agradable”, reconoció González Rizzoni, riojano de nacimiento pero cordobés por adopción; algo que queda evidenciado en su tonada, muy similar a la de los oriundos de “La Docta”.

“Venimos siendo primeros de la general, y nos gustaría terminar con este título, para revertir lo del año pasado. Tuvimos un torneo espectacular en Madrid en 2024; si nos ponemos las pilas este año va a ser igual, ojalá que con diferente color de medalla”, señaló “Lucho”.

Claro, más allá de las ganas de revancha, para Los Pumas 7s, lograr el título en la Gran Final sería afianzarse como el mejor seleccionado del mundo y coronar una temporada inolvidable, que incluyó títulos en Perth, Vancouver y Hong Kong.

“Fue una sensación muy linda haber terminado en el primer puesto de la general. Es una locura; más allá del primer puesto, el hecho de ser consistentes, de lograrlo por segundo año consecutivo. Lo difícil no es llegar, sino mantenerse, así que esa sensación de haber terminado primeros en la general nos deja la satisfacción y la tranquilidad de que estamos haciendo las cosas bien”, analizó González Rizzoni.

El riojano resaltó que el rendimiento del equipo fue de menor a mayor, y despegó, sobre todo, a principios de este año, luego de un tercer y un quinto puesto en los dos primeros torneos de la temporada, a fines de 2024. “Fue un trabajo largo. No se dieron algunos resultados, pero el equipo jugó bien desde el comienzo. En 2025 arrancamos con el pie derecho y fuimos creciendo torneo tras torneo, hasta consolidarnos. Nos dimos cuenta de que estábamos para mucho”, indicó González.

¿Cuál es la clave para este presente del seleccionado nacional, según González? “Lo que habla bien del equipo es que está todo el tiempo tratando de evolucionar y afinando cada detalle. Santiago (Gómez Cora), Leo (Gravano, entrenador asistente) hacen mucho foco en detalles muy chiquitos, y eso marca la diferencia. El equipo se exige constantemente, nunca se conforma”, aseguró “Lucho”. 

Un crecimiento impensado

González forma parte de Los Pumas 7s desde hace varios años. Y si bien siempre fue un equipo que compitió al más alto nivel, apenas tenía dos títulos en toda su historia en el Circuito Mundial. Todo cambió a partir de 2022; desde esa temporada hasta hoy, ganó 12 títulos, y quedó siempre entre los cuatro primeros de la fase regular.

¿Cuándo llegó el punto de quiebre? González explica que todo empezó después de los Juegos Olímpicos de Río 2016, cuando se reinsertó el rugby como deporte olímpico, y Los Pumas 7s quedaron a un paso de la lucha por medallas (cayeron en cuartos de final ante Inglaterra, en tiempo extra).

Foto: World Rugby - Zach Franzen

“En 2019 nos sentamos a hablar, y dijimos que teníamos que hacer bien las cosas, dedicarnos 100% a esto. Ya era profesional, pero ahí arrancó el profesionalismo individual de cada jugador. Desde entonces nos cambió el chip. Lo que transmitió esa camada en aquel momento fue bastante importante y hoy vemos los frutos”, consignó el riojano.

El impacto no es sólo en materia de resultados, sino que incluye todo el movimiento que genera el rugby seven actualmente en Argentina. “Lo que creció el Seven estos últimos años es una locura. Nos empezamos a dar cuenta con los chicos cuando vamos a ver a nuestros clubes, y vienen padres, madres, y nos dicen que sus hijos están fascinados con nosotros, que lo que transmitimos es una locura. Antes nos confundían con Pumitas; hoy nos cuentan que se levantan a las cuatro de la mañana para vernos. Con eso nos damos cuenta de lo que logramos, y lo que evolucionamos, nos vuela la cabeza”, reflexionó.

Y mucho de ese crecimiento tuvo que ver con el gran trabajo del staff, que asumió en 2013, y que lleva más de una década de proceso, algo poco habitual en el deporte argentino. Además de lo meramente deportivo, González Rizzoni destacó la relación humana entre los entrenadores, preparadores físicos y demás integrantes con el plantel.

“Vivimos 24/7 casi, estamos todos los días juntos. Evolucionó mucho el trato con respecto a lo que era antes, y eso está muy bueno. El staff está para nosotros, y nosotros estamos para el staff. Nos conocen, nos preguntan todo el tiempo cómo estamos”, contó González.

Esa buena relación, y el gran grupo que se conformó, permite que los cambios dentro del plantel no resientan el rendimiento. “La base armada de jugadores hace que, cuando entra un chico nuevo,el equipo sepa muy bien qué hay que hacer para adaptarlo. Tratamos de darle ese cariño para que no se le haga tan complicado y sea uno más de nosotros”, subrayó “Lucho”, que también destacó la competencia interna. “Sin eso, no llegamos a ningún lado”, sentenció.

El impacto del rugby seven llega a todos los rincones del país, según contó González Rizzoni. “Me tocó ir a La Rioja a visitar a mi familia, y fue una locura la cantidad de gente que se acercó a saludarme, a pedirme una foto. Toda Argentina se siente representada por nosotros, y eso nos gusta”, indicó.

Incluso, hoy por hoy, jugar en Los Pumas 7s es un sueño para muchos; algo inimaginable años atrás. “Eso me parece una locura; me llegan mensajes de gente que me dice que quiere jugar conmigo algún día en el Seven. Ni yo de chico decía que quería jugar en Los Pumas 7s. Esto habla muy bien de nosotros, del trabajo con el staff y del equipo. Que la gente tenga la camiseta, quiera jugar con nosotros, nos llena el alma”, expresó.

Jugar en Los Pumas, la cuenta pendiente

González Rizzoni es, desde hace tiempo, una de las figuras del Circuito Mundial. Además de su velocidad, es conocido por su potencia, algo que lo llevó incluso a ser elogiado por Nicolás Sánchez, quien estuvo en las tribunas en los últimos dos torneos de la fase regular.

“Nico es un crack. Es un tipazo, lo quiero un montón; me la hizo muy fácil cuando me tocó estar con Los Pumas dos años atrás. Es muy humilde, muy humano. Lo vi en la tribuna y le di un abrazo. Me dio risa, porque dijo que no le gustaría chocar conmigo, y él tackleaba de lujo”, relató González Rizzoni.

El riojano, por su gran temporada, fue nominado a mejor jugador del año, junto a Marcos Moneta y al español Pol Pla. De ganar el premio, que se entregará el próximo domingo, podría ser un broche de oro a una gran carrera en el rugby seven. ¿Y también un cierre?

Es que González Rizzoni tiene en su mente la posibilidad de dar el paso al rugby XV. En 2023, como ya mencionó, fue convocado a Los Pumas, aunque no llegó a debutar.

“Me lo estoy planteando mucho, es una decisión que tengo que tomar. En el Seven estoy muy cómodo, tengo mi lugar, y para pasar al XV tengo que ver muchas cosas: hay que buscar club, empezar una carrera de cero, no es todo color rosas”, advirtió.

De todas formas, reconoce que el sueño de jugar con Los Pumas es un combustible importante. “Me encantaría, es un sueño pendiente jugar al menos un partido”, señaló, sin ser terminante sobre su futuro. “Si no se dan las cosas a fin de temporada, no me voy a volver loco, porque estamos haciendo las cosas bien con el equipo. Si me quedo en el Seven voy a estar contento, y si me toca irme también”, concluyó González Rizzoni, que buscará coronar, este fin de semana, una temporada de ensueño con Los Pumas 7s.